El horizonte global se presenta incierto, marcado por múltiples factores que influirán en el futuro cercano. En este contexto, el papel de las autoridades y los Gobiernos será crucial para definir los próximos pasos en un mundo en constante transformación.
La Inteligencia Artificial (IA) está atravesando una fase de crecimiento sin precedentes, y en la Unión Europea se trabaja en la creación de un marco legislativo que impulse una IA ética y segura sin frenar su evolución. Sin embargo, este equilibrio se ve desafiado por los rápidos cambios que se están produciendo a nivel global.
La reciente victoria del Partido Republicano en Estados Unidos ha redefinido aún más los dos grandes bloques que estructuran el mundo actual: potencias que, a pesar de compartir objetivos comunes, defienden intereses contrapuestos. Este panorama marca una nueva era en la política internacional.
En este escenario, Donald Trump regresa a la presidencia, con políticas que desafían las normativas europeas, mientras que la intervención de Elon Musk reabre el debate sobre la regulación de la IA. La agenda estadounidense incluye la supervisión del desarrollo de esta tecnología, considerada como una de las más poderosas de nuestro tiempo.
Trump ha prometido recortar las regulaciones existentes y ha contado con el apoyo de Elon Musk, un crítico de las normativas gubernamentales, para liderar el proceso. En su programa electoral, el Partido Republicano propuso derogar una orden ejecutiva firmada por Joe Biden que establecía medidas para gestionar los riesgos de seguridad nacional relacionados con la IA y evitar la discriminación de los sistemas de IA.
En este marco de tensiones geopolíticas, empresas como Meta (Facebook, WhatsApp e Instagram), lideradas por Mark Zuckerberg, defienden que la IA debe ser de acceso libre, sin estar restringida ni sometida a revisiones estrictas para identificar riesgos inminentes. Por su parte, Suinsit apuesta por una tecnología responsable y ética.
La compañía participa activamente en foros y mesas de trabajo sobre la ley europea de la IA, cuya implementación está prevista para 2025. Ante la incertidumbre que genera la evolución de la normativa, Suinsit ya trabaja para garantizar el uso responsable y ético de su plataforma LEKA.
Para ello, se ampara en las leyes europeas, el gobierno de la IA y la protección de la información, asegurando una gestión rigurosa frente al uso ilimitado que, según estiman, podrían aplicar algunos operadores no europeos. Junto a figuras influyentes como Bill Gates, empresas y actores del sector tecnológico siguen siendo claves en el debate sobre el futuro de la tecnología y sus implicaciones.
El nuevo orden mundial se está forjando en medio de estas dinámicas y las complejidades de la IA, la política global y la innovación tecnológica. Aunque el futuro es incierto, está claro que la influencia de estos factores será determinante.